Poesía que emana de la ciudad muerta

ENTREVISTA PARA EL DIARIO EL COMERCIO LIMA-PERÚ

CINCO EGRESADOS DE LA ESCUELA NACIONAL AUTÓNOMA DE BELLAS ARTES REALIZARON UN PROYECTO INSPIRADO EN LOS EDIFICIOS ABANDONADOS DE LIMA QUE ABORDARON CON DIFERENTES ENFOQUES

Son parte del paisaje de Lima y parecen morir muy lentamente, tanto que a veces su presencia pasa desapercibida a fuerza de verlos durante tanto tiempo. Los edificios abandonados tienen cierta poesía, transmiten esa extraña nostalgia de lo que nunca pudo llegar a ser.
Las diferentes sensaciones y especulaciones que genera la presencia de estas edificaciones fueron el punto de partida para que Miguel Ángel Alfaro, Albert García, José Ignacio Lora Iturburu, Rolando Sánchez y Diana Trigueros, egresados de Bellas Artes, organizaran la muestra "Ciudad muerta".
"Un día Diana me comentó que estaba interesada en hacer un proyecto inspirado en estos edificios y como conocía los trabajos que hacía por esa época me propuso hacer algo juntos. Pensé que sería bueno realizar algo más grande e incorporamos a tres amigos de la escuela que trabajan bien y que se adaptaban a la idea", nos cuenta José Ignacio. "Curiosamente muchos estábamos haciendo cosas relacionadas al mismo tema: José Ignacio trabajaba con edificios destruidos, Diana con lo mismo, Rolando con circuitos que luego amoldó al tema de la ciudad, y yo con fábricas y chimeneas", explica Miguel Ángel.
José Ignacio tenía una serie de cuadros inspirados en unas casas semidestruidas que están muriendo hace años en la Panamericana Sur; Miguel Ángel pintaba cuadros protagonizados por chimeneas que se adaptaban a la temática de la muerte de la ciudad por el tema de la contaminación. En tanto, Diana hizo una serie de serigrafías sobre aluminio en la que presenta edificios abandonados junto con escenas de primeros auxilios y pulmones como metáforas de la salvación y la muerte; Albert pinta edificios deshabitados y Rolando, que estudió ingeniería electrónica paralelamente a la carrera de arte, hizo una ciudad con tarjetas de circuitos eléctricos viejas. "Debía acomodar mi ciudad a la idea de la muerte: en esta ciudad hay unos 80 circuitos, pero uno solo funciona, todo lo demás está muerto. Este circuito, representado por una luz roja, se pasea por toda la ciudad buscando vida y cuando surge un ruido se acerca, pero no encuentra nada", explica Rolando.

COLECTIVA. Galería L'Imaginaire de la Alianza Francesa

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